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Esta es una página creada por la comunidad de los Once Barrios del Pueblo de Culhuacán, aquí podrás encontrar información histórica, fotografías y videos acerca de las tradiciones de nuestro pueblo.

Siendo un proyecto cultural comunitario, agradecemos a las personas que han donado trabajos para la realización de este espacio.

De igual forma invitamos a los habitantes de Culhuacán a participar en este proyecto con el fin de difundir la cultura de nuestra comunidad, que es una de las regiones más antiguas del Valle de México.

Grupo Cultural Culhuacán
Atentamente

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GALERIA FOTOGRÁFICA SANTÍSIMA TRINIDAD 2011


jueves, 4 de agosto de 2011

El Canal Nacional: Un Antiguo Medio de Transporte en Culhuacán

Desviación del Canal Nacional alrededor de 1920 en lo que ahora son las calles de Juárez y Adolfo López Mateos, en Culhuacán Iztapalapa. Se realizaron las obras para facilitar la circulación de las canoas y chalupones


Patricia Pavón
Ex Convento de Culhuacán


En una antigua zona chinampera de la cuenca de México se encuentra Culhuacán. Está conformado por once barrios, la mayoría de ellos de origen prehispánico. Se ubica al oriente de la ciudad de México, dentro de los límites de la delegación Iztapalapa.

Al igual que otros pueblos originarios como Xochimilco, la economía de Culhuacán estuvo apoyada en la agricultura. Sus pobladores se dedicaban además a la pesca, a la extracción de sal, de piedra, de cantera y al trabajo artesanal.

La producción agrícola se transportaba en canoas por el Canal Nacional para su venta en la Viga. Además de la verdura, se transportaba en el siglo XVIII piedra, arena, maíz, forraje, trigo, cebada, madera, cal, ladrillos y azúcar.

Las canoas que utilizaban para transportar sus productos eran de cincuenta pies o más de largo, con capacidad para varias toneladas, sin embargo también había más pequeñas y la razón de que no fueron muy grandes se debió a la dificultad para desplazarse por la ciudad, ya que los canales no eran de gran anchura.

Resulta impresionante imaginar en aquellos tiempos, la cantidad de canoas que circulaban por las principales vías. Según Charles Gibson se calculaban en cien o doscientos mil en el periodo de la conquista; y que en el siglo XVII, más de mil canoas al día entraban en la ciudad[1].

Había canales de menor dimensión y relevancia, y como señaló Mariano Monterrosa “El más importante de los canales era el Canal Nacional, que salía de Chalco, pasaba por Xochimilco, seguía por Culhuacán, Mexicaltzingo, la actual calzada de la Viga, cruzando por Iztacalco, Santa Anita, para llegar al mercado de la Merced, justo a un costado del convento del mismo nombre, en el llamado Puente de Roldán para continuar por San Lázaro y desembocar en el lago de Texcoco. Había otro canal que bajaba del pueblo de Tlalpan, en tanto que los canales restantes, servían para comunicación del lugar.”[2]

Habitantes de Culhuacán recuerdan con suspiros y añoranzas lo que alcanzaron a ver y a disfrutar del Canal. El señor Secundino Ortega, nativo de Culhuacán nos dice: “Yo tendría ocho o nueve años, pasaban las canoas de Xochimilco cargadas todas de legumbres, entonces les gritábamos ¡ tÍooo, me regala una lechuga! Y nos daban la lechuga o la zanahoria, además estaba el agua muy limpia, bajaba de Xochimilco. Cada canoa la jalaban dos personas con reatas de cada lado porque las traían copeteadas de legumbres”.

La señora Reynalda Gutiérrez, recuerda: “Había pescaditos, mi abuelita nos llevaba a pescar en chalupón, había pescado grande y chiquito, ranas, almejas… de aquí se iban a vender a Jamaica. Mi papá llevaba en la chalupa: col, alcachofa, coliflor, cilantro, cebolla, berro y verdolagas…sólo verdura, y algunos la cambiaban por lo que no tenían, como la fruta”.

Los recuerdos son en algunas ocasiones, los únicos registros que nos permiten conocer el entorno de antes. Cuando el espacio se empieza a transformar, la memoria colectiva hace presente el pasado para hacer referencia a su historia. Como lo señalan los siguientes testimonios, con imágenes tan vÍvidas.

Margarita Morales nos platicó: “Había quienes llevaban un chalupón lleno y lo vendían por un tanto, -decían, ¿cuánto la canasta? Y decíamos ¿todo junto? , un chiquihuite o un costal? Nosotras trabajábamos la chinampa. Las tierras las teníamos aquí mismo… pero ahora ya todo está colonizado”

La señora Guadalupe Rodríguez comenta con respecto al costo de pasaje: “Creo… dos centavos… tres centavos se pagaba para llegar al mercado de Xochimilco, ibamos a vender conejos, gallinas, pollos, hasta puerquitos. Mis padres en paz descansen llevaban en huacales: puercos, guajolotes, hasta guajolotes chiquitos iban a vender”.

Pero no sólo se utilizaba el canal para llevar a cabo traslados comerciales, sino que también sirvió como esparcimiento y paseo por parte de algunos habitantes, recuerda la señora Guadalupe: “Los paseos en el Canal eran sobre canoas, mis papás luego decían -vamos a Xochimilco- venían sus compadres del centro en una canoa, traían comida, bracero para prender la lumbre en los botes, ¡muy bonito eso! Los paseos eran a Xochimilco o a Mixquic”.

Mucho se ha escrito sobre la vida cotidiana en la ciudad de México, algunos investigadores con más énfasis que otros, pero todos brindan una agradable descripción visual en sus narraciones. Como Antonio García Cubas quien aborda en su crónica “El libro de los recuerdos” la actividad del Canal, tanto en sus días ordinarios como en los días de fiesta.

“El canal se hallaba completamente invadido con las canoas que habían llegado ofreciendo a los habitantes de la capital, las variadas producciones de las chinampas de Santa Anita, San Juanico e Iztacalco, consistentes en abundante hortaliza y en profusión de flores. El gentío que llenaba la calle era inmenso, tanto que, como se dice vulgarmente, pudiera andarse sobre las cabezas. Allí las familias decentes se mezclaban, por fuerza, con las del pueblo bajo, y todas iban y venían de esquina a esquina, abriéndose cada cual, entre la multitud, un camino trabajoso que al fin se abandonaba para acercarse a la orilla del canal, con el intento de proveerse de flores y de verduras”.

Sabemos que Xochimilco fue uno de los principales proveedores de flores y de verduras de la ciudad de México, todavía hacia finales del siglo XIX.

Habitantes de Culhuacán, comentan que en el barrio de la Magdalena, justo a la orilla del canal, fue colocado por ellos un pequeño altar con la imagen de la virgen de la Candelaria. Señalan que se debió a los constantes hundimientos de canoas, provocados por los remolinos que se originaban justo cuando pasaba este transporte. Aseguran que a partir de que se colocó el altar, los accidentes no se volvieron a presentar. Desde entonces llevaron a cabo una celebración en este lugar, hasta que se construyó la capilla de La Magdalena, y la imagen se traslado a este templo, continuando la festividad.

Es muy interesante señalar que las edades de los entrevistados varían, sin embargo, los testimonios en torno al canal, son prácticamente los mismos, en cuanto a su función y condiciones en las que se encontraba. Cada uno de los habitantes, refieren a partir de sus vivencias, acontecimientos relevantes. Tal es el caso de la celebración religiosa de la virgen de Los Dolores que se llevaba a cabo con mucha fastuosidad, aunque después se fue haciendo dentro de esta celebración, la popular fiesta de “La flor más bella del ejido”, en donde se coronaba a la reina y se realizaba una fiesta charra.

En los días de fiesta el canal lucía bellos colores, como dice el señor Simón Rosas Rosas: “Se vestía de gala los viernes de Dolores. Era porque desde el miércoles venían las gentes de Xochimilco, los propietarios de canoas. Entonces allá en Cuemanco hacían una portada en honor a la Virgen de los Dolores y de ese modo les deseaban suerte a las gentes que traían sus canoas, trajineras como las que vemos en Xochimilco. Escogían las mejores o las peores, venían bien vestidas, como decían. A medio camino había una ermita, y ahí se persignaba la gente. Esos no llegaban a Jamaica, nada más llegaban a Santa Anita, que es por donde está la Coruña”.

El Canal también sirvió como paseo y de esto nos comenta el señor Simón: “Se paseaba la gente, los novios principalmente. Iban a pasearse por la tarde, ya veía dos canoas o tres canoas. Algunas personas traían flautas y tocaban esa música de antes”. Y nos comenta más adelante “aquí en Culhuacán no hubo propiamente un embarcadero como para paseo, pero el embarcadero era donde cabían unas once a doce canoas, en Cafetales. Todas estas gentes tenían sus canoas con sus nombres grabados, porque con ellas transportaban la pastura para mantener las vacas”.

El Canal Nacional como se ha visto formó parte importante en la vida de los nativos de esta región. En la actualidad aunque no está funcionando y se encuentra sucio y cubierto de lirio, abarca los barrios de San Antonio, La Magdalena, San Francisco, Tula y San Simón.

La señora Guadalupe Rodríguez trata de recordar la fecha en que dejó de funcionar el Canal: “Más o menos sería en el año de 1950 cuando todavía servía el Canal, ya después no, ya ni llegaban las canoas, luego empezaron a hacer la carretera de la Viga”.

Gracia Hernández, refiere en su estudio geográfico histórico de Iztapalapa, que: “Desde fines del siglo XIX comenzaron las obras de desagüe del Valle de México. Entre 1895 y 1900 se construyó el canal de desagüe del lago de Chalco. Una vez que fue desecado, los ríos manantiales de Xochimilco fueron utilizados para abastecer de agua a la ciudad de México mediante un acueducto hacia 1913. El desarrollo de este proyecto, provocó hacia 1955 la desaparición de las aguas que llenaban los canales de Chalco y de Xochimilco, y desde luego las del Canal Nacional y del Canal de la Viga”[3]

Finalmente queremos agregar que el crecimiento poblacional a partir de los años cuarenta, hacia esta zona por obreros y campesinos llegados de otros lugares, generaron serios problemas. Ya que por una parte, se intensificó el crecimiento desordenado de la población, y por otra, se estableció un conflicto agrario con habitantes oriundos del lugar debido a la apropiación de tierras dedicas al cultivo. El gobierno se vio obligado a cubrir las demandas de los habitantes con obras de servicio; pero además, realizó gran cantidad de construcciones no solo de casas habitación, sino de empresas, industrias y avenidas que en nombre del progreso han mutilado a los pueblos originarios del valle.


El Canal Nacional (1921-1923) era el medio de transporte de los agricultores que trasladaban sus productos de Chalco y Xochimilco, pasando por Culhuacán para llegar a la Viga, Santa Anita y la Merced con el fin venderlos.

[1] Gibson, Charles. Los aztecas bajo el dominio español. Ed. S. XXI.
[2] Monterrosa boletín No. 39. 1970 INAH.
[3]Hernández Granados, Gracia. Estudio geográfico histórico de Iztapalapa. UNAM. México. 1977. p. 56.


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